Está claro que la IA está avanzando a pasos agigantados e inundando todos los ámbitos de la vida, los negocios, el día a día, y, por supuesto la educación.

Más allá del debate en su regulación y en su uso abusivo, lo que queda muy claro es que es una herramienta muy potente que puede ahorra mucho tiempo y trabajo a alumnado y profesorado si se usa con ética y sentido común.