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El sábado fui a recoger un premio. El trofeo era una peonza (de bronce, la más bonita de las tres según @jlgl). Y la vida sigue, aunque no exactamente igual. He ganado un premio, sí (¡qué tremenda ilusión!), pero la experiencia ha ido mucho más allá. 
Lo primero, y ante todo, el reencuentro con algunos de mis preferidos ya desvirtualizados en Maneras de leer y las charlas, aunque breves, con mis queridos Kuentistas.Todo empezó nada más llegar. A la primera que me encuentro, a mi queridísima @SilviaGongo. Nos sentamos y, por fin, desvirtualizo a mi compi premiada @CarlotaBloom con la que pude compartir una charla en el café. Allí también me encontré con @pephernandez, con el que tengo comprometido hacer alguna cosilla para el curso próximo. Después, en la comida, pude conocer a Inma (@ibarren) o @diegoredondo13. Y también pude hacer gala de mi despiste crónico y de mi inexperiencia en estas lides: muchas caras conocidas que se mezclaban en mi cabeza a través de mi TL y yo sin atreverme a decir nada a nadie por si metía la pata. De hecho, hablé en varias ocasiones con @gorkafm y, hasta el día siguiente, no me di cuenta de quién era realmente (lo siento, Gorka) Y, cuando quise saludar a @Isabel_Ruiz, ya no estaba (siempre nos quedará Twitter). También pude conocer a @educandoando, mi última kuentista en desvistualizar aunque, en esta ocasión, fue ella la que no me reconoció (esto de desvirtualizar no es tan fácil como parece).
Y aún hay más. Me conmovió el ambiente de libertad, de ilusión por mejorar las cosas, de intentar conseguir una verdadera escuela del siglo XXI, libre y pública y de hablar sin tapujos, los que yo tengo (miento, tenía) a la hora de decir lo que pensaba sobre algunas cosas. Rafael Robles, con su charla, ha hecho que me afiance en mi manera de pensar y defienda que no hay que tener miedo a «perder el tiempo» en clase, que prefiero evaluar sin exámenes, que los alumnos no son enemigos, todo lo contrario, que… ¿por qué no usar el móvil en clase?…
Y ¡qué júbilo al escuchar los discursos y sentirse identificado con cada una de las palabras pronunciadas!: allí no era el «rarito de los ordenadores» o el único que le robaba tiempo a la familia por intentar sacarle más partido a cada nueva aplicación. 
Bueno, tampoco quiero parecerme a esos concursantes de Gran Hermano que se sienten inexplicablemente unidos a sus compañeros de encierro tras un par de días de convivencia pero, tras menos tiempo aún, he comprobado que una nueva escuela puede renacer o que, al menos, la ilusión por nuestra parte no decaerá.
Por eso, aunque me he llevado un premio en forma de trofeo, ese premio significa mucho más porque me he llevado mucho más. 
¡Ah! y no puedo olvidar la cara de mi pequeñajo al montar en avión por primera vez o la ilusión que le hizo guardar la peonza de su papá durante todo el día.
Dejo ahora un pase de imágenes del fin de semana. Algunas de ellas se las «he robado» a Pep Hernández (gracias, Pep).

¡GRACIAS, EQUIPO DE ESPIRAL!

Y, ¿qué digo yo ahora? Escribo estas líneas sin haberlo digerido aún, pero lo prefiero así. No dejo de pensar que, de entre tantos y tan buenos blogs, de entre tantas propuestas geniales, de entre tantas formas diferentes de motivar a nuestros chicos y chicas, La bitácora de la lengua ha sido elegido como uno de los tres blogs premiados en la categoría de blogs de profesores y profesoras. 
Por supuesto, las primeras «gracias» que daré será a mis alumnos y alumnas, a todos ellos a los que he tenido el placer de conocer durante los seis años que llevo ejerciendo como profesor de secundaria. Sin duda, me he enfadado muchas veces, me he desesperado otras pero, al día siguiente, a la hora siguiente, alguno de ellos me daba un motivo por el cual seguir ilusionado y que me volvía a hacer creer que lo que hacía merecía la pena. Gracias a todos los que habéis completado las tareas, trabajos y proyectos en los que nos hemos embarcado, gracias porque todos me habéis enseñado algo. Y, especialmente, claro está, quiero agradecérselo a mis alumnos de 1º y 2º de ESO del IES de Candás, mi centro actual.
Y todavía hay más por lo que sigo teniendo ilusión: cada día veo mi TL y leo mi Reader y lo que veo y lo que leo son esperanzas de docentes, ilusiones de profesores, maestros, maestras, profesoras que se traducen en propuestas novedosas, en nuevos proyectos educativos, en mil y un maneras de intentar mejorar día a día para que sus alumnos también mejoren.
Y, dicho lo dicho, desde aquí, desde mi humilde espacio al mundo, quisiera aprovechar a decir algo más: durante todos estos años, como digo en mi perfil de Twitter, hago de mi trabajo mi afición; a quien corresponda, por favor, que no me quiten mi afición, que nos permitan a todos los docentes enamorados de su profesión seguir ejerciéndola con gusto y orgullo y que entienda, quien le corresponda entender, que la educación de nuestras futuras generaciones nunca, nunca, nunca, puede ser un gasto.
Sólo me queda dar la enhorabuena a todos los ganadores (espero conocerlos a todos en Madrid) y a todos los finalistas y a todos los participantes pero, especialmente, a María Jesús, mi compi Kuentalibros y asturiana como yo por su gran labor en Stop and learn English y a mi compi de «lengua», Carlota Bloom, por su espléndido blog En ocasiones… leo libros.

Pincha en la imagen para ver los finalistas
Este es, simplemente, un post de celebración, ya que es el segundo año consecutivo que La bitácora de la lengua está entre los finalistas del Premio Espiral Edublogs. He leído en algún otro blog finalista que en esta ocasión se han presentado cerca de 900 en esta categoría de blogs de profesores y, quedar entre los 28 finalistas, me parece algo increíble y resulta todo un orgullo representar, junto al genial trabajo de En ocasiones… leo libros, a los «blogs de lengua». Este tipo de reconocimientos dan mucho ánimo a seguir trabajando, a seguir entusiasmándonos con lo que hacemos, a seguir intentando divertirnos en nuestro trabajo, a seguir haciendo de ese trabajo nuestra afición; y todo ello a pesar de los pesares, a pesar de que algunos intenten cercenar ese entusiasmo, a pesar… Bueno, había dicho que este sería un post de celebración y así será.
Sólo añadiré una cosa más: gracias al equipo Edublogs 2012 por valorar nuestro esfuerzo y, por supuesto, gracias a mis alumnos y alumnas del IES Rey Pelayo, en Cangas de Onís y del IES de Candás (Asturias), por su trabajo y entusiasmo.

¡Y suerte a todos los finalistas!

Cuando hace unos meses empecé a ver el logo del premio en muchos de los blogs que visitaba con más asiduidad, ni me planteaba ni por lo más remoto presentar mi bitácora a un premio que me parecía de suma relevancia en este mundo al que acababa de aterrizar. Al cabo de unas pocas semanas, no sé si por probar suerte, por seguir la tendencia de muchos blogs o, yo qué sé, seguí las instrucciones que planteaban las bases del concurso e incrusté el logo en uno de los laterales. El primer premio para mí fue la sorpresa de descubrir que recibía mensajes elogiosos de profes creadores de blogs tan estupendos como Apuntes de lengua, Entre libros, Lengüetazos literarios, En ocasiones…leo libros o Bibloranca
Desde que me propuse seriamente incorporar a mis clases la web 2.0, todo han sido satisfacciones: los alumnos y alumnas disfrutan un poco más con las actividades que planteamos, he conocido las experiencias de otros docentes, he compartido comentarios, formas de entender la enseñanza, estamos preparando nuestra aportación a proyectos colaborativos…
En definitiva, gracias a todos y todas los que habéis aportado comentarios a este blog y nos habéis dado ánimo. Mi segundo premio ya está ganado: vuestro reconocimiento, que nos ayuda a seguir trabajando.
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