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El estudio del género lírico puede resultar arduo para los alumnos y alumnas de primer ciclo de ESO. Leer poemas con un lenguaje muy diferente al que están acostumbrados a usar, tener que encontrar en frío una serie de recursos literarios, medir de forma mecánica versos y aprenderse las características de una serie interminable de estrofas puede resultar poco atractivo.
Y como creo que la mejor manera de aprender es aprender haciendo, nos hemos convertido en poetas por unos días, hemos aprendido a jugar con las palabras, hemos visto cómo se iba construyendo el poema, poco a poco, iba tomando forma, se iba esculpiendo en el papel. Y he comprobado de nuevo, no sin cierta satisfacción, la candidez de los alumnos de 1º de ESO reflejada en sus escritos. Así que hemos repetido la actividad realizada el año pasado con otro 1º de ESO, aunque con un aliciente nuevo: hemos grabado sus propias composiciones y las hemos expuesto en dos glogs.
Y, aunque el aspecto lúdico era importante, también había que cumplir una serie de requisitos, pues se trata de una actividad evaluable. Por eso, preparé unas instrucciones y unos criterios de evaluación (que han cumplido en mayor o menor medida), ya que el objetivo final era afianzar sus conocimientos sobre el género lírico.
Dejo a continuación las instrucciones, las odas en Photopech y los audios en Glogster.

Las odas de 1º A y 1º B en Photopeach
Odas de nuestro entorno. Odas de 1º A del IES de Candás on PhotoPeach
Odas de nuestro entorno. Odas de 1º B del IES de Candás on PhotoPeach

Las odas recitadas en sendos glogs. Que las disfrutéis.

Por fin hemos acabado un nuevo proyecto en la clase de 1º B. Se trataba de estudiar el concepto de literatura y el género lírico con una idea final: la de generar obras líricas originales. Cuando empezamos a tratar este nuevo tema, vimos ejemplos que nos demostraban que la literatura estaba en más partes de la que nos imaginábamos: en una canción de Fito, en una simple alcachofa («Oda a la alcachofa»), en la cebolla («Nanas de la cebolla») y en todo lo cotidiano, en todo lo que nos rodea. Solo faltaba abrirse un poco para percibirlo, dejar pasar el sentimiento lírico. 
Tras repasar los conceptos básicos (y un poco arduos) de métrica, ya supimos que medir versos no era sacar la regla y contar los centímetros que ocupaba en el folio. También aprendimos a contar las sílabas métricas haciendo las sinalefas y atendiendo a la compensación (todavía se nos olvida contar una sílaba más en los versos agudos). Por fin estábamos preparados para esperar a la señora inspiración. Pero como comprobamos, no todo consiste en esperar su ayuda. Para crear poesía hay que trabajar los versos, esculpirlos, darles mil y una vueltas. Tras unos días de lucha con la métrica, los versos y las palabras, el resultado final ha sido más que satisfactorio. 
A continuación, os dejamos una muestra de lo logrado. Acordaos de que también se puede ver en vivo y en directo en la exposición que hay al lado de la biblioteca. 
¡Ah! Y tras esta entrega, estamos preparando una antología de todas as creaciones de estos chicos tan inspirados. ¡Que os guste!.