La integración de las Tic en nuestras aulas es un espejismo, quizá una ilusión o más bien una utopía, una quimera, un imposible. Pero quizá, como Bécquer, muchos las necesitamos, creemos en ellas. Salvo casos excepcionales de centros en los que se hace un esfuerzo ímprobo que suele resultar infructuoso, cada profesor que quiere usarlas y ve en las Tic una posibilidad de mejora hace la guerra por su cuenta. Una muestra: cuando pedí la reserva una hora semanal en el aula de ordenadores, el jefe de estudios me espetó que le parecía excesivo para la asignatura de lengua. La mayoría que formamos parte del claustro tuitero y andamos revoloteando por la blogosfera  intuimos esto o lo sabemos a ciencia cierta (mi paso por centros de toda índole me lo ha demostrado).
Mi última experiencia (hay muchas más) ha sido con dos grupos de alumnos de 3º de ESO. Como ya intuía lo que me iba a encontrar, elaboré un formulario inicial con una serie de preguntas relacionadas con el uso de las Tic, su grado de conocimiento, hábitos lectores… Las respuestas no me sorprendieron: en relación a treinta y dos alumnos, poco más del 10% tenía cuenta de correo de gmail, todos usaban el ordenador para conectarse a su red social favorita (Tuenti) y buscar información (por supuesto, en la Wikipedia), todos veían con buenos ojos usar las Tic en clase (no sabían lo que significaban las siglas) y todos coincidían en que no recordaban haber usado la sala de ordenadores en clase de lengua en los dos años que llevaban en el centro. A pesar de que me esperaba las respuestas, sí me sorprendió este último dato. Al día siguiente, quise indagar un poco más y al final les sonsaqué que, a lo mejor, habían ido una o dos veces e curso anterior a hacer algunos ejercicios (pues vaya con el uso innovador de las Tic). Y están en 3º de ESO.
La comprobación final de su casi nulo desconocimiento sobre de las nuevas tecnologías se hizo visible cuando mi secuenciación del pequeño proyecto que había preparado se alargó sustancialmente. Usamos dos sesiones para crear cuentas de correo para todos y dos sesiones más de las previstas para terminar la secuencia didáctica cuyos resultados ofrezco a continuación. Se trata de una actividad con Photopeach (herramienta muy sencilla para empezar) mezcla de las realizadas por Estrella y Silvia Gongo.
A pesar de las dificultades que se encontraron los chicos, todos los grupos (de dos alumnos) finalizaron la presentación, incluso aquellos cuya vagancia intrínseca les impedía agacharse a sacar el libro y cuaderno de la mochila. Es para, cuanto menos, reflexionar.

Taller de creación de palabras on PhotoPeach

Taller de creación de palabras. on PhotoPeach

Yo creo que estamos en la obligación de hacer algo al respecto. Obligados en el sentido medieval. Aquellos que tenemos cierta experiencia en el uso de las Tic deberíamos difundirla, transmitirla. El otro día, en algún lugar de la red (soy muy despistado para saber dónde) surgió un propósito para este curso: todos nosotros deberíamos integrar a otro docente en el uso de las Tic. Me sumo. No hay que obligar, ni ser tecnólogos, ni ser pelmas o pensar que todo se soluciona con ir a la sala de ordenadores. Basta con mostrar (enseñé las actividades del curso pasado en el departamento y a la mayoría les picó el gusanillo, por algo se empieza).
¡INTEGREMOS LAS TIC! ¡AYUDEMOS A INTEGRARLAS!
Procedencia de la infografía