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En algunas ocasiones, resulta interesante y productivo trabajar la literatura a través del cine. Además, existen varias maneras para llevar esto a cabo.

En primer lugar, lo más usual es visionar una versión cinematográfica de una obra literaria. Esto sirve, ante todo, para conocer el hilo argumental de la obra y entender así mejor los textos que se propondrán en el trabajo del aula. Al tiempo, en el transcurso del visionado, se pueden hacer indicaciones, incidir en los aspectos relevantes que destaca la peli en relación con la obra literaria, comentar algunas escenas… Para trabajar todo esto se puede ofrecer una visión general de la obra, leer algunos textos previos o durante el visionado… Ejemplos de esta opción serían La Celestina, Los santos inocentes y un millón de ejemplos más
En segundo lugar, la reproducción cinematográfica resulta útil para ambientar una época literaria. Los films históricos cumplen bien este cometido, incluso aquellos que recrean ficcionalmente una época o la vida de alguna figura de la historia de la literatura. Ejemplos de todo esto podrían ser El nombre de la rosa, Shakespeare enamorado…

Para ilustrar todo esto, dejo una serie de títulos organizados por épocas literarias para visionar en relación con la historia de la literatura. Además, en el siguiente enlace se pueden conseguir fichas con las que trabajar la mayoría de las películas propuestas: educazine.

Edad Media: El Cid (con Charlton Heston), El Cid, la leyenda (peli de dibujos para los más pequeños), Excalibur, El nombre de la rosa, Ivanhoe.
Renacimiento: Lazarillo de Tormes (versión un tanto libre de El Brujo), La conjura de El Escorial, Shakespeare in love, capítulo 14 de Érase una vez el hombre.

Barroco: Alatriste, El perro del hortelano, La dama boba, Mucho ruido y pocas nueces.

Siglo XIX: Germinal, Cumbres borrascosas, Drácula de Bram Stoker, El retrato de Dorian Gray, El jovencito Frankenstein, Frankenstein de Mary Shelley, Ivanhoe, Fortunata y Jacinta, La letra escarlata, Los tres mosqueteros, Orgullo y prejuicio, Remando al viento, Sentido y sensibilidad, Sleepy Hollow. Respecto a esta última película, se puede proponer un trabajo que compare la película con el cuento de Washington Irving en el que se basa.
Siglo XX: Tiempo de silencio, La casa de Bernarda Alba, Bajarse al moro, El laberinto del fauno, La colmena, La estanquera de Vallecas, Las 13 rosas, Los girasoles ciegos, Los santos inocentes, Luces de bohemia.
Literatura hispanoamericana: Como agua para chocolate, El amor en los tiempos del cólera, El coronel no tiene quien le escriba, La casa de los espíritus.

Aquí tenéis una pequeña guía que sirve como introducción a la lectura de El conde Lucanor. Que lo paséis bien. Asimismo, ya sabéis que en la sección de lecturas podréis descargaros el archivo en formato word.

Guia de El Conde Lucanor

Le ensillan a Babieca, cuberturas le echaban,

Mío Cid salió sobre él y armas de fuste tomaba;

Se vistió la gonela, larga trae la barba;

Hizo una corrida, que lució extraordinaria,

El caballo Babieca por nombre cabalgaba, 5

Cuando hubo corrido, todos se maravillaban,

De ese día alcanzó fama Babieca en cuan grande era España.

Al fin de la carrera mío Cid descabalgaba,

Se dirigió a su mujer y a sus hijas ambas;

Cuando lo vio doña Jimena a sus pies se le echaba: 10

“Merced, Campeador, en buen hora ceñisteis espada,

ya me habéis sacado de muchas vergüenzas malas,

heme aquí, señor, yo y vuestras hijas, ambas,

con Dios y con vos buenas están criadas.”

A la madre y a las hijas bien las abrazaba, 15

del gozo que tenían de sus ojos lloraban.

Todas sus mesnadas en gran deleite estaban

Armas tenían y tablados quebrantaban.

Oíd lo que dijo en que en buen ora fue criado:

“Vos doña Jimena, mujer querida y honrada, 20

y mis dos hijas, mi corazón y mi alma,

entrad conmigo en Valencia la casa,

en esta heredad que por mí tenéis ganada.”

Madre e hija las manos le besaban.

Con gran honra ellas en Valencia entraban. 25

Resumen del contenido:

El Cid hace una demostración con su caballo Babieca, recientemente conseguido tras la batalla contra los moros, para recibir a su mujer e hijas. Doña Jimena y el Cid dialogan y expresan su alegría por reunirse de nuevo tras la larga separación. Por este contenido podríamos localizar el fragmento en el segundo cantar del poema, el «Cantar de las bodas».

Caracterización del héroe:

A lo largo de todo el poema, el personaje del Cid representa todas las virtudes que se pueden reunir en un hombre medieval; se trata de un personaje idealizado. En este fragmento se incide principalmente en dos de esas facetas: la de caballero y la de padre y esposo. La primera de las citadas se muestra en los versos 1-8 del fragmento, ya que se demuestra la destreza del Cid como gran caballero al conseguir dominar a un caballo como Babieca e “hizo una corrida que lució extraordinaria”.

Asimismo, su carácter como buen padre y esposo se observa en los versos 10-25. , primero por boca de su propia esposa que lo ensalza, lo respeta y lo venera (“ya me habéis sacado de muchas vergüenzas malas”, “madre e hija las manos le besaban”). El propio Cid se muestra sumiso y respetuoso ante su esposa (“a sus pies se le echaba”). También en los versos siguientes, las propias palabras del Cid muestran su amor como padre y esposo (“mujer querida y honrada”, “mi corazón y mi alma”).

Métrica:

La métrica de este fragmento, como la del todo el poema, se corresponde con la típica de los cantares de gesta. Se trata de versos irregulares, ya que, por ejemplo, los tres primeros versos son de 14, 15 y 13 sílabas respectivamente. En cuanto a la rima, esta es asonante en todos los versos (a – a).

Recursos:

En este fragmento podemos encontrar muchos ejemplos característicos de la épica castellana. Así, por ejemplo aparece el estilo directo en las intervenciones del Cid y Jimena, lo que da mayor dramatismo a la acción y caracterizan de forma más eficaz a los personajes.

También encontramos una invocación a los oyentes en el verso 19 (“Oíd”), que incide en el carácter oral del poema. También existen ejemplos de fórmulas épicas (“en buen hora ceñisteis espada”) y hay dos alusiones a los gestos de los personajes (“a sus pies se le echaba”, “las manos le besaban”), que le continúan dando un toque dramático, más emotivo.

Ay, olas que vine a ver,
¿me sabréis decir
por qué tarda mi amigo
Sin mí?
Ay, olas que vine a ver,
¿me sabréis contar
por qué tarda mi amigo
Sin mí?

Los siguientes versos componen una cantiga de amigo por las siguientes razones. En primer lugar, el emisor, el yo poético, es una joven enamorada, algo que podemos suponer a partir de los versos 3 y 7 (“por qué tarda mi amigo”). Además, el destinatario de su queja es un elemento de la naturaleza, algo característico en este tipo de composiciones, concretamente aquí el receptor son las olas del mar (“olas que vine a ver”). El tema también es típico de las cantigas, pues observamos la queja de la joven por la ausencia del “amigo”, concretamente por su tardanza (“por qué tarda mi amigo / sin mí”). De entre los recursos más usuales destacamos las repeticiones, tan manidas en la lírica popular. Incluso aquí se repiten versos completos (“por qué tarda mi amigo”). El léxico afectivo, al referirse a su enamorado como “amigo” también es típico de las cantigas. Por último, debemos citar la estructura paralelística que remarca e insiste en el tema antes mencionado (“me sabréis decir”, “me sabréis contar”).

COMENTARIO DE UNA RIMA DE BÉCQUER
XXIX (53)

Sobre la falda tenía
el libro abierto,
en mi mejilla tocaban
sus rizos negros:
no veíamos las letras 5
ninguno, creo,
mas guardábamos ambos
hondo silencio.
¿Cuánto duró? Ni aun entonces
Pude saberlo. 10
Sólo sé que no se oía
más que el aliento,
que apresurado escapaba
del labio seco.
Sólo sé que nos volvimos 15
los dos a un tiempo
y nuestros ojos se hallaron,
y sonó un beso.

Creación de Dante era el libro,
era su infierno. 20
Cuando a él bajamos los ojos,
yo dije trémulo:
-¿Comprendes ya que un poema
cabe en un verso?
Y ella respondió encendida: 25
-¡Ya lo he comprendido!

1.- Localización:
El texto que vamos a comentar es la rima nº 29 del poeta romántico Gustavo Adolfo Bécquer. Las Rimas son un conjunto de poemas breves escritos por Bécquer entre 1860 y 1868. Este libro fue publicado en 1871 (tras la muerte del autor, en 1870,) por sus amigos.
Como la rima tiene el nº 29, quiere decir que pertenece al grupo de rimas que hablan del amor esperanzado.
El autor fue un poeta sevillano que nació en 1836 y murió en 1870. Se convirtió en un romántico tardío, ya que cuando él escribía poemas de estilo romántico, el Romanticismo había pasado de moda (el estilo literario que se impuso en este tiempo fue el Realismo.)

2.-Contenido:

Ella tenía un libro abierto sobre la falda y sus rizos rozaban su mejilla. Los dos estaban en silencio y al volverse se besamos.
El libro era de Dante. Él le preguntó: “¿Comprendes ahora que un poema cabe en un verso?”, y ella le dijo que sí.
El poema trata sobre el amor entre dos personas y de todo lo que se puede decir en un solo gesto.

3.-Organización de las ideas del texto (estructura o partes del mismo).

Bécquer no sigue la métrica tradicional, sino que es un poeta renovador, ya que utiliza versos de diferente medida. El texto es un poema lírico, escrito en verso. Los versos son octosílabos y pentasílabos y riman en asonante (e-o) los versos pares y quedan sueltos los impares. La estructura métrica es, pues, 8- 5a 8-5a 8- 5a.
Además, el poema se estructura en dos partes:
-La primera parte consta de 18 versos y narra lo ocurrido: están leyendo un libro, se miran y se besan.
-La segunda parte consta de los 8 versos restantes y nos aclara el nombre del libro que está leyendo (Divina Comedia), se realiza la pregunta del poeta y la contestación de la chica.

4.-Comentario de estilo:

El estilo de Bécquer es romántico, intimista, sencillo y claro. El poema suele ser breve, pero intenso, con un ritmo suave, facilitado por una rima asonante y la combinación constante de versos octosílabos y pentasílabos.
El poema presenta una situación concreta: el poeta y su amada están leyendo la Divina Comedia de Dante (“sobre la falda tenía/ el libro abierto”), pero parece que ninguno de los dos presta mucha atención a la lectura del libro /”no veíamos las letras/ ninguno, creo”), sino que están pensando el uno en el otro. Con ello, se crea una atmósfera de tensión, de silencio (“mas guardábamos ambos/ hondo silencio”) que hace que en un momento determinado se miren y surja ese beso. Además, mediante la pregunta retórica “¿Cuánto duró?” marca el ensimismamiento en el que el poeta está inmerso. Ese momento se alarga, se pierde la noción del tiempo. Esto también se refleja en otros versos del poema, por ejemplo, mediante la repetición anafórica “sólo sé” y el polisíndeton (“y nuestros ojos se hallaron, / y sonó un beso”) que hacen que el ritmo sea repetitivo, más lento, pausado, sublime, reposado, como la situación que se está rememorando.
Aparte de esto, en todo el texto se pueden destacar varias personificaciones que advierten cómo todas las partes de sus cuerpos adquieren vida propia; su experiencia amorosa se hace así intensa y vital (“en mi mejilla tocaban / sus rizos negros”; “más que el aliento, / que apresurado escapaba”; “y nuestros ojos se hallaron”).
Por último, ¿por qué dice al final que un poema cabe en un verso? La explicación está en la relación que hay en Bécquer entre la concepción de la poesía, la mujer y el amor. Utiliza la metáfora para identificar poema y amor: el poema sería el amor y el verso sería el beso final, la concreción y resumen lírico de ese amor.
Los protagonistas de este poema se asemejan al propio Bécquer y su amada, probablemente Julia Espín, a quien Bécquer le dedica la mayor parte de las rimas (Bécquer se casó con una mujer, llamada Casta Esteban, pero su matrimonio fue un completo fracaso.)
Para Bécquer la poesía es la belleza, el amor a una mujer, a esa mujer que le inspiraba los mejores sentimientos.”Poesía eres tu”, escribe en otra rima. El amor cabe en un verso que diga:”Sí, nos amamos”.

5.- Conclusión:

En conclusión, Bécquer es por antonomasia, el poeta del amor, el primer poeta moderno que abrió las puertas de la lírica contemporánea. Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez, Pedro Salinas, Luis Cernuda, etc. son poetas del siglo XX que continuaron el camino emprendido por el poeta sevillano. La poesía de Gustavo Adolfo Bécquer no pasa de moda y sigue conmoviendo la sensibilidad de todos los lectores.
Procedencia de la imagen

Ante la creciente dificultad para realizar comentario de textos, he aquí unas breves instrucciones que pretenden servir para cualquier tipo de texto de carácter literario, teniendo en cuenta las peculiaridades de cada texto.
Localización:
En esta primera fase del comentario, debemos situar el poema en la época histórica y literaria en que fue escrito, es decir, explicar a grandes rasgos las características literarias de la época o movimiento.
En segundo lugar, se ha de citar al autor y, en unas pocas líneas, contar lo más destacado de su obra.
Por último, se ha de situar el fragmento o poema dentro del conjunto general de la obra del autor. Por ejemplo, debemos explicar si se trata de uno de sus poemas amorosos, burlescos… o, en caso de un fragmento en prosa, decir en qué parte de la obra se encuadra.
Contenido:

En esta parte, es necesario fijar el tema. No hay que confundir el tema con el resumen del contenido. En realidad, podremos fijar el tema con una palabra abstracta y explicando el particular tratamiento en el texto comentado. Los grandes temas de la literatura son el amor, la muerte, la fugacidad de la vida, la soledad, etc.
Asimismo, en la parte del contenido se hace necesario desarrollar ese tema explicando con nuestras propias palabras el resumen del contenido.

Estructura:
Estructura externa: si se trata de un texto lírico, hay que anotar el subgénero y, además la métrica (número de versos, número de sílabas por verso, rima, si se trata de un poema estrófico). Si el texto está en prosa, únicamente se aludirá al subgénero narrativo.
Estructura interna: se refiere a las partes en que se puede dividir el texto según del diverso tratamiento del tema que se dé en las distintas partes del mismo. Por ejemplo, es muy común que, en los sonetos, los cuartetos se sean el planteamiento, mientras que los tercetos contengan el mensaje del poema.

Estilo:


Esta es quizá la parte más importante de un comentario y al tiempo la más complicada. En esta parte, debemos explicar el contenido del texto atendiendo a la forma peculiar en que se transmite ese contenido. Es decir, hay que explicar, comentar línea a línea, verso a verso la forma (por ejemplo los recursos literarios) y relacionarla con el contenido.
En el caso de que se trate de un fragmento en prosa, los recursos literarios son menos abundantes, pero además del propio lenguaje, la forma propiamente dicha, en esta parte es posible comentar el peculiar tratamiento de los distintos elementos narrativos: acción, personajes, narrador.
Para que la teoría no quede en agua de borrajas, habrá un ejemplo, un modelo de comentario en una posterior entrega.