La revista del IES Candás ha resucitado
Hacía casi diez años que la revista de mi centro había desaparecido y mis chicos de 2º de ESO han conseguido resucitarla.
Todo comenzó con una actividad de clase, «Portadas de cuento», en la que usamos Publisher para maquetar una primera página de periódico formada por noticias obtenidos de cuentos populares. A partir de ahí, entre todos pensamos en la posibilidad de dar un paso más y comenzar un proyecto un poco más ambicioso, una revista de la clase. Se creó un equipo redactor formado por cinco alumnos (después se amplió) y empezamos a reunirnos en los recreos para decidir qué queríamos hacer y cómo lo organizábamos. A partir de un documento de Google docs, realizamos una lluvia de ideas en la que surgió expandir el proyecto a todo el centro.
El caso es que, tras varios meses de insistencia, publicidad y trabajo, pudimos implicar a buena parte del centro y varios profesores y alumnos de todos los niveles de la ESO colaboraron con sus aportaciones.
Y no sólo eso, sino que, gracias a los profesores y alumnos del Proyecto Comenius, pudimos obtener una dotación económica que nos ha permitido realizar una tirada en papel. Así pues, dos proyectos unidos, profesores trabajando juntos, alumnos de todos los cursos aportando artículos, mis chicos siendo redactores, editores y maquetadores… Todo ello ha permitido revivir un elemento fundamental en un centro educativo: la revista escolar.
Todo el trabajo habría merecido la pena sólo por el hecho de ver la cara de ilusión de los chicos y chicas al ver publicados sus artículos.
Todo el trabajo habría merecido la pena sólo por el hecho de ver la cara de ilusión de los chicos y chicas al ver publicados sus artículos.
Qué suerte tienen de tenerte en ese centro!. Enhorabuena Alberto. Eres infatigable.
No sé por qué, me emocionan mucho las publicaciones escolares. Pienso en la ilusión, en el afán, en el interés por sacar una revista del centro, que no es otra cosa que un intento de decir: "Aquí estamos; estos somos nosotros y hacemos estas cosas". Yo tengo pendiente reseñar la de mi centro, que también resucitó mi compañero Claudino hace algunos años. Mis felicitaciones, a ti, por ese impulso constante de estar haciendo cosas preciosas, y a los reporteros.
Un abrazo, Alberto.
María José, muchas gracias por tus ánimos. Hace ilusión porque hemos trabajado bastantes y los chicos la han escrito y maquetado.
Carlota, la verdad es que sí emociona porque ves que el proyecto ha ido creciendo y, aunque no hemos tenido mucho tiempo, por lo menos hemos plantado la semilla para que alguien siga cultivando el año próximo.
Enhorabuena, Alberto. Felicita a los chicos de mi parte. Nosotros también tuvimos una, "La Musaraña". Hay quien la echa de menos, pero no me parece que en los próximos años vayamos a reunir las condiciones idóneas para resucitarla. Un abrazo.
¡Enhorabuena, Alberto, eres un todoterreno! Hace falta mucha ilusión y dedicación para llevar a cabo un proyecto así. Yo lo he pensado muchas veces pero al final no me decido nunca y con la que nos viene, me da que no estoy por la labor.
Lo dicho, felicitaciones a ti y a los chicos y un abrazo.
Enhorabuena, Alberto. Una revista siempre es el eje para un sinfín de proyectos de lengua. Suerte.
Habría que hacer una historia de los ires y venires de las publicaciones en los centros. Aparecen, dormitan, renacen… En ese ciclo, se van sumando voluntades y proyectos. Me alegra mucho la noticia de esta "resurrección". Las revistas escolares tienen el poder de aglutinar esfuerzos y de hacer comunidad. Mucha suerte.
Inma: a ver si os animáis a relanzar "La musaraña", aunque el trabajo que conlleva precisaría de muchos apoyos.
Virginia: gracias, pero la idea y buena parte del trabajo ha sido de los chicos.
Antonio: una revista escolar es una manera inmejorable de reunir un equipo y aunar esfuerzos de profesores y alumnos. Al final, merece la pena.
Lu: por supuesto que las revistas dependen de gente que quiera o le dejen trabajar. Sin apoyos es imposible, por eso tu trabajo con esa "peazo" de revista vuestra es fenomenal.