Balance del confinamiento: algunos logros y varios fracasos
No hace falta insistir mucho más en que este final de curso no ha tenido alma. Las herramientas informáticas han permitido salvar el final (más o menos), pero ha sido un curso para olvidar. Aparte de echar de menos las risas, los llantos, las quejas, las riñas, los ruidos, las charlas… se me caía el alma a los pies cuando mi tutoría de 4º hablaba de su ansiada y no posible graduación, cuando se anulaba su viaje a Madrid que se ha vuelto una tradición en el IES o cuando sabía que algunos alumnos y alumnas se marchaban del centro y no podía despedirme como nos gustaría.
Pasando a hacer balance, toca hablar de algunos logros y varios fracasos. De entre estos últimos, el principal tiene que ver con la frustración. Frustración al sentirme impotente por comprobar cómo no he podido motivar a mi alumnado. Aunque he tenido contacto con todas y todos, no he conseguido motivar lo suficiente. Quizá haya tenido que ver que el 100% tenía la materia aprobada y se les ha mantenido la nota. Aun así, durante la actividad presencial, hubiera apremiado, animado, reñido si hubiera hecho falta. En la pantalla, todo es más frío.
Naturalmente, se ha hecho patente la brecha digital que va asociada a la económica. Las ayudas han llegado tarde (aunque han llegado en su mayoría). Quizá el único lado positivo es que nuestras administraciones se den cuenta de una vez de la importancia de lo público para llegar a todo el alumnado.
Y es que uno de los fracasos más estrepitosos es el de la administración educativa. La prudencia, a veces, no es positiva. Hay que tomar decisiones y estas han llegado tarde, muy tarde y con cuentagotas, dejando la responsabilidad en las direcciones de cada centro. Estamos en pleno julio y aún no sabemos cómo será el próximo curso. No voy a hacer de «cuñado educativo» porque yo tampoco tengo una solución, pero cuando se tiene esa responsabilidad, hay que ejercerla.
De entre los que podríamos considerar logros, pongo en primer lugar la constatación de que se puede trabajar por proyectos también en la distancia. Predicando con el ejemplo de mi último artículo, he procurado que un porcentaje muy alto de las tareas propuestas al alumnado fueran de las llamadas «competenciales». Es decir, tareas y proyectos que escaparan de lo mecánico. Aunque sí, lo confieso, también hemos repasado un poco la morfología.
Y, por supuesto, he constatado que hay un equipo fantástico con las que se puede contar y da gusto trabajar. El apoyo y las ganas de llevar adelante los proyectos se hace mucho más fácil con compañeras como Luisa y Sonia Fernández.
Finalmente, dejo algunos resultados de esos pequeños éxitos que muestran que es necesario entrenar la creatividad, incentivar la imaginación y aprender haciendo a partir de los procesos cognitivos de orden superior.
Retos en el confinamiento
De entre los proyectos que más éxito tuvieron entre el alumnado, están los retos promovidos desde el departamento de Plástica y en el colaboramos desde Lengua. Sonia Fernández y el departamento de EPV propusieron los retos que muestran infografías que dejo a continuación en el pase de diapositivas. Desde Lengua, colaboramos para que los textos fueran también con sentido y más profesionales. Todos los resultado, se pueden ver en las cuentas de Instagram del departamento de Plástica: @somosplastilena y @plastilena.
Revista especial COVID-19
Como hemos publicado en la web de la Consejería y del centro, «este es un número especial confinamiento impulsado por el grupo de trabajo de biblioteca en el que se recoge una selección de trabajos realizados durante el periodo de enseñanza no presencial y en el que ha participado la gran mayoría de los departamentos del IES.
Es una bonita muestra del trabajo del alumnado que refleja que este periodo de confinamiento ha resultado productivo a pesar de las circunstancias y que nuestro alumnado no ha estado de vacaciones».
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