Bases e instrucciones del concurso
En todos los ámbitos de la vida existen las modas y en educación también, es evidente. Y hay que reconocer que los códigos QR están de moda, o han estado de moda, que ya no lo sé con exactitud, puesto que siempre he ido en el vagón de cola de muchas novedades tecnológicas. A mí nunca me han gustado las modas, no me ha gustado seguir la tendencia por imposición pero, como con todo, hay modas que traen consigo aspectos que se pueden aprovechar y que cada uno puede adaptar a sus propias necesidades. Si hay alguna moda que te aporta positivamente, pues bienvenida sea. Y eso es lo que me ha ocurrido con los QR que hasta ahora no había usado.
Resulta que en el departamento de Lengua y Literatura me comentaban que estaban pensando en abandonar el tradicional concurso literario por falta de participación y motivación del alumnado. Y se me ocurrió ofrecer un toque nuevo, acercar la actividad a los alumnos que, en este centro en particular, tienen un absoluto fervor por el móvil. Y en eso estamos, preparando el concurso. Además, hemos tenido que «negociar» el uso de los dispositivos, ya que están prohibidos en el centro, pero ese es otro debate. Si todo esto sirve, si motiva o si es un fracaso, lo veremos el próximo mes. He de decir que, de momento y pese a las reticencias iniciales, la acogida del equipo directivo, de alumnos y profesores ha sido bastante buena.
Y aquí dejo las bases y las instrucciones que he preparado, por si a alguien le sirven y quiere hacer algo parecido.

En los últimos meses, he tenido la oportunidad de ofrecer dos sesiones del curso «Lectoescritura en la era digital» que se impartía en los CFR de Lugo y Ferrol. En primer lugar, querría agradecer a los dos asesores de ambos centros, Marta Arias y Andrés López, que consideraran útil mi trabajo y el de mis alumnos para ocupar seis horas de estos cursos.
Mi pretensión era mostrar experiencias que había llevado a cabo en clase y ponerlas en práctica durante el desarrollo de las sesiones con los asistentes al curso. Mi principal objetivo fue, sin duda, ser útil y mostrar ideas y la forma de llevarlas al aula en diferentes contextos y niveles. En muchas ocasiones, los cursos de formación ofrecen contenidos alejados de las expectativas de los asistentes con lo que, al final, resultan poco aprovechables. Espero haber logrado despertar algún interés. Por las reacciones que percibí parece que logré, al menos en parte, ese objetivo principal.
A continuación, dejo las dos presentaciones en forma de lista de reproducción y, aunque no difieren demasiado en el planteamiento, sí ofrecen algún que otro cambio. Espero que a alguien le sea de utilidad.